Recordando a… La palabra hecha punk: Patti Smith

Antes de que el punk tuviera nombre, ya existía una mujer que escribía con el cuerpo y cantaba con su esencia, convirtiendo su palabra en revolución. Patti Smith no pidió permiso: irrumpió, mezcló la poesía del abismo con el punk insurrecto de las calles. Dijo lo indecible y lo hizo vibrar en el micrófono… y…


Antes de que el punk tuviera nombre, ya existía una mujer que escribía con el cuerpo y cantaba con su esencia, convirtiendo su palabra en revolución. Patti Smith no pidió permiso: irrumpió, mezcló la poesía del abismo con el punk insurrecto de las calles. Dijo lo indecible y lo hizo vibrar en el micrófono… y en las mentes de quien aún hoy la escuchamos.

El nacimiento de un ícono en el caos neoyorquino
Nació en Chicago y creció en Nueva Jersey, pero su verdadero hogar fue el caos del Nueva York de los años 70. Entre artistas, pintores y escritores con los bolsillos rotos, Patti no solo fue música: fue un manifiesto. Su amistad con Robert Mapplethorpe, inmortalizada en Just Kids, es testimonio de una época en que el arte era terapia y agravio al mismo tiempo.

Su disco Horses le voló la cabeza a la industria. En la portada está ella, andrógina e imponente, una fotografía en blanco y negro haciendo una declaración de guerra. Ese mismo año, en 1975, debutó en el legendario bar CBGB* haciendo resonar la frase:

“Jesus died for somebody’s sins, but not mine.”
“Jesús murió por los pecados de alguien, pero no por los míos.”

Con esa línea, Patti prendió fuego a lo sagrado y desde entonces, no ha parado de arder.

Más allá de la música, Patti es el puente entre la poesía beat y las guitarras. En M Train escribe sobre el café, el duelo y los sueños. En Year of the Monkey, sobre la vejez, la pérdida y los fantasmas. Siempre desde una voz íntima, como si nos hablara desde un rincón oscuro del corazón.

Su legado: la voz que rompe y empuja
Recordarla es entender que ser artista no es gustar, sino decir. No es encajar, sino romper. Patti Smith no suavizó sus bordes para volverse accesible y  por eso la recordamos porque el mundo necesita más mujeres que hablen fuerte, que escriban como grito y canten como profecía.

Patti, madrina del punk, poeta de la calle.

*La voz baja
CBGB era originalmente un bar de Country, Bluegrass and Blues, de ahí su nombre. Pero Patti, junto a bandas como Television, Ramones y Blondie, transformaron ese escenario oscuro del Bowery en la cuna del punk y la contracultura. Lo que empezó como un espacio para cuerdas suaves terminó siendo altar para voces furiosas.

La banda sonora del margen.


@lapaodawan / Paola Sanabria

Este es mi primer rótulo,
y empieza recordando a Patti Smith,
porque ella me enseñó que
la poesía también se puede tocar.
Bienvenidxs a Rótula.

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