En Japón, apoyar a tu personaje favorito no es solo un gusto: es una práctica emocional, cultural y económica. ¿Qué revela esto sobre el afecto, el consumo y la necesidad de pertenecer?
Amar a tu personaje favorito ya no es solo un pasatiempo. En Japón, es parte de un engranaje económico complejo y afectivo llamado oshikatsu. Esta palabra, compuesta por “oshi” (favorito) y “katsu” (actividad), define el conjunto de acciones que una persona realiza para apoyar activamente a su ídolo: comprar su mercancía, asistir a sus eventos, celebrar su cumpleaños o simplemente mantenerlo presente en su vida cotidiana.

Aunque a primera vista puede parecer una extensión del “fan service”, el oshikatsu es más que merchandising: es ritual, identidad y red de apoyo emocional. Y en términos económicos, representa una fuerza que mueve más de 23 mil millones de dólares anuales en Japón.
Oshikatsu: Cuando el cariño se convierte en capital
Lejos de ser un fenómeno de nicho, el oshikatsu se ha instalado en el centro del debate sobre el consumo en la era pospandemia. De acuerdo con Reuters y cifras del Banco de Japón, cerca de 14 millones de personas participan activamente en esta práctica. Muchas de ellas reestructuran su vida diaria —gastos, tiempo, prioridades— alrededor de sus oshi. Y en un contexto de desaceleración del consumo, el oshikatsu representa una excepción: una economía emocional que no deja de crecer.
El Banco de Japón ya lo incluyó en sus reportes como indicador de recuperación del gasto interno. En otras palabras, el país está empezando a reconocer que el afecto —canalizado a través del fandom— también es política monetaria.
¿Por qué lo hacemos?
Para la generación Z y los millennials en Japón (y también en otras partes del mundo), el oshikatsu es más que una moda: es una respuesta al vacío emocional del presente. En un mundo donde las relaciones humanas se ven fragmentadas por la precariedad, el aislamiento y la ansiedad social, los oshi funcionan como anclas simbólicas.
Apoyar a un personaje —real o imaginario— se vuelve una forma de autoafirmación, compañía y cuidado propio. Como explica la socióloga Akiko Sugawa-Shimada, el oshikatsu “permite a los individuos resignificar el amor, la amistad y la pertenencia sin las presiones tradicionales de las relaciones interpersonales”.
En otras palabras: no se trata solo de idolatría, sino de reconstrucción emocional desde lo cultural.
Restaurantes, NFTs y merch: el universo expansivo del afecto
El impacto del oshikatsu es visible en todo tipo de espacios: desde izakayas temáticos en Ikebukuro —donde se celebran cumpleaños de personajes ficticios con pastel, karaoke y visuales— hasta colaboraciones oficiales con videojuegos, líneas de ropa y hasta NFTs coleccionables.

Una sola persona puede gastar hasta $1,400 dólares al mes en su oshi: entradas, productos, fotos, experiencias. Y no solo en Tokio. Ciudades rurales han empezado a atraer fans con campañas turísticas vinculadas al oshikatsu: comprar un boleto de tren para conocer la tierra natal de un personaje, sellar un pasaporte especial, obtener mercancía exclusiva. Afecto convertido en desplazamiento, ritual y derrama económica.
El oshikatsu es solo la punta de un fenómeno más amplio
A diferencia del consumo clásico, el oshikatsu no siempre persigue utilidad, sino sentido. El valor de los objetos no está en su función, sino en la historia emocional que cargan. El sticker en la funda del celular, la entrada enmarcada de un concierto, el pastel compartido en un café temático: todo eso forma parte de una cartografía afectiva que organiza la vida.
Y si bien el mercado lo explota, no puede contenerlo del todo. El fan crea. Traduce. Cose. Habla. Resiste.
El oshikatsu es solo la punta de un fenómeno más amplio: la transformación del deseo en estructura de consumo, y del consumo en forma de afecto. En tiempos donde se nos exige ser productivos, racionales y medibles, apoyar a un personaje ficticio es, paradójicamente, una forma de humanidad.
Una manera de decir:
«Mi cariño también merece espacio. Y mi mundo interior vale tanto como tu Excel.»

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