¿Por qué cada vez vemos más cine de terror? Lo que revela sobre la creatividad y nuestros deseos

La pregunta es inevitable: ¿por qué nos atrae tanto lo que nos asusta?

El terror vive un momento de auge en México y el mundo. Aunque la asistencia general a las salas cayó en 2024 —6.7% menos boletos y 1.3% menos ingresos, según CANACINE— el género sigue fuerte: en nuestro país se estrenan en promedio 75 películas de horror al año, prácticamente una por semana, y casi la mitad de los espectadores mexicanos consumen terror de forma habitual.

La pregunta es inevitable: ¿por qué nos atrae tanto lo que nos asusta?

El miedo como catarsis colectiva

La sociología de las emociones señala que el terror funciona como un espacio de regulación emocional. El espectador se enfrenta a situaciones extremas en un entorno controlado y seguro.

En un país atravesado por la violencia y la incertidumbre cotidiana, el cine de horror permite procesar ansiedades sociales en clave metafórica: desapariciones, posesiones, sectas o casas embrujadas son representaciones de miedos reales.

Creatividad y repetición: dos caras del género

Algunos críticos sostienen que el terror vive de clichés —caso de la saga El Conjuro, con fórmulas gastadas que sin embargo siguen generando millones en taquilla—. Pero esa repetición funciona como ritual narrativo: el público busca la familiaridad del susto esperado.

A la par, títulos originales como La hora de la desaparición, que recaudó más de 42 millones de dólares en su estreno, muestran que el género también se reinventa y sorprende con nuevas propuestas.

Intensidad en un mercado selectivo

El público va menos al cine, pero busca experiencias que justifiquen el gasto. El terror ofrece precisamente eso: intensidad sensorial y emocional.

En salas, los gritos colectivos y las risas nerviosas generan un vínculo social. En casa, el algoritmo de streaming refuerza el hábito: con el 67% de los hogares mexicanos usando Smart TV, basta ver una película de miedo para que aparezcan muchas más sugeridas.

El miedo se convierte en maratón.

Alegorías de nuestros miedos

Los nuevos relatos de horror no se limitan a asustar: se convierten en metáforas de problemas cotidianos. Películas como Together o Bring Her Back exploran temas de pareja, duelo o violencia desde el género, convirtiendo el miedo en una forma de hablar de lo que a menudo se silencia. El terror funciona así como una radiografía emocional de la sociedad.

Guillermo del Toro y la empatía con lo monstruoso

El director Guillermo del Toro recuerda que el cine de horror es mucho más que sustos. Para él, es una herramienta para explorar la condición humana y la dualidad entre el bien y el mal. Sus criaturas suelen ser figuras complejas, capaces de generar miedo pero también empatía.

En esa visión, el horror es un lenguaje estético y político que nos permite abordar lo personal, lo emocional y lo social desde una óptica distinta, más honesta y menos racional.

Originalidad y deseo de lo imposible

Desde Together hasta Bring Her Back, los relatos de horror se han convertido en alegorías de nuestros miedos más íntimos. Pero además de metáforas, el género sigue siendo un espacio de originalidad, un terreno donde todo puede suceder y donde las reglas narrativas siempre están en juego.

Tal vez por eso no queremos perdernos ni un susto: porque detrás de cada sobresalto el terror nos recuerda quiénes somos y nos invita a explorar lo que más tememos… sin dejar de disfrutarlo.

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